Der Geselle
griff in die Tasche, aber sein Geld war
eben zu Ende. "Wartet einen Augenblick,
Herr Wirt", sprach er, "ich will
nur gehen und Gold holen!", nahm aber
das Tischtuch mit. Der Wirt wußte
nicht, was das heißen sollte, war
neugierig, schlich ihm nach, und da der
Gast die Stalltüre zuriegelte, so guckte
er durch ein Astloch.
Der Fremde breitete unter dem Esel das Tuch
aus, rief "Bricklebrit!" und augenblicklich
fing das Tier an zu speien von hinten und
von vorne, daß es ordentlich auf die
Erde herabregnete.
"Ei, der Tausend!" sagte der Wirt,
"da sind die Dukaten bald geprägt!
So ein Geldbeutel ist nicht übel!"
Der Gast bezahlte seine Zeche und legte
sich schlafen, der Wirt aber schlich in
der Nacht herab in den Stall, führte
den Münzmeister weg und band einen
andern Esel an seine Stelle. Den folgenden
Morgen in der Frühe zog der Geselle
mit seinem Esel ab und meinte, er hätte
seinen "Goldesel".
El muchacho
metió la mano en el bolsillo, pero
estaba vacío. -Esperad un momento-
dijo, voy a buscar oro. Salió, levantándose
el mantel. El posador no comprendía
nada de lo que estaba viendo, pero estaba
curioso. Le siguió y aunque el viajero
cerró la puerta de la cuadra, miró
por un agujero de nudo.
El forastero extendió el mantel debajo
del asno, dijo "bricklebrit" y de
repente el animal comenzó a echar oro
por detrás y por delante, así
que pareció llover mucho oro.
-¡Diablo!, dijo el posadero, ¡lo
rápido que están acuñados
los ducados! Un monedoro así no es
nada malo.-
El huésped pagó sus gastos y
se fue a dormir. Pero por la noche el forastero
bajó a la cuadra, quitó el asno
que daba dinero y puso otro en su lugar.
A la mañana siguiente el muchacho tomó
su asno y se puso en camino, creyendo que
llevaba su asno de oro.