Mittags
kam er bei seinem Vater an, der sich freute,
als er ihn wiedersah, und ihn gerne aufnahm.
"Was ist aus dir geworden, mein Sohn?",
fragte der Alte. "Ein Müller,
lieber Vater", antwortete er.
"Was hast du von deiner Wanderschaft
mitgebracht?" "Weiter nichts als
einen Esel."
"Esel gibt's hier genug", sagte
der Vater, "da wäre mir doch eine
gute Ziege lieber gewesen."
"Ja", antwortete der Sohn, "aber
es ist kein gemeiner Esel, sondern ein ,Goldesel';
wenn ich sage ,Bricklebrit!', so speit Euch
das gute Tier ein ganzes Tuch voll Goldstücke.
Laßt nur alle Verwandten herbeirufen,
ich mache sie alle zu reichen Leuten."
"Das laß ich mir gefallen",
sagte der Schneider, "dann brauch ich
mich mit der Nadel nicht weiter zu quälen",
sprang selbst fort und rief die Verwandten
herbei.
Al mediodía
llegó a casa de su padre quien se alegró
de verle y le recibió de brazos abiertos.
-¿Qué has aprendido, hijo mío?-
le preguntó el viejo.
-Soy molinero, querido padre- respondió.
-¿Qué te has traido de tu viaje?
-Nada más que un asno.
-Asnos hay de sobra por aquí- dijo
el padre, mejor hubieras traido un cabra.
-Si- respondió el hijo, -pero no es
un asno ordinario, sino un "asno de oro";
si le digo "bricklebrit", el buen
animal os dará tantas monedas de oro
que hay para llenar una manta. Enviad a llamar
todos nuestros parientes voy a enriquecerlos
de golpe.
- Esto me gusta-, dijo el sastre, -entonces
no tengo que atormentarme más con la
aguja- y fue a bucar los parientes.